Marlaska no encuentra jefe de la Guardia Civil dispuesto a castigar a los agentes de la valla de Melilla
El Ministerio del Interior sigue buscando un coronel dispuesto a asumir la "patata caliente" de la Comandancia de Melilla
Marlaska destituye al coronel de la Guardia Civil de Melilla que pidió más medios para defender la valla
Marlaska exculpa a la Policía en la tragedia de Melilla y señala a la Guardia Civil: «La valla es cosa suya»
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, tienen serios problemas para encontrar un nuevo jefe para la Comandancia de Melilla. El anterior, el coronel Jesús Vicente Torresano, fue la última víctima de la política de purgas que ha venido aplicando Interior en la escala de mando de la Guardia Civil. Torresano se negó a expedientar al grupo de agentes que prestaba servicio en la valla de Melilla cuando en junio del pasado año se produjo el salto masivo que terminó con dos docenas de inmigrantes muertos. Y ese es el principal problema de Interior para encontrarle sustituto: el que llegue a Melilla deberá castigar a esos agentes, algo a lo que no están dispuestos los potenciales candidatos.
Según ha sabido OKDIARIO de fuentes de la Guardia Civil, el proceso de búsqueda de un nuevo mando para Melilla se le está complicando a Marlaska. En vista de los motivos de la destitución fulminante del anterior jefe, el puesto se considera en el cuerpo como una «patata caliente» a evitar a toda costa. Un destino que si ya de por sí no es ni mucho menos de los favoritos en la Guardia Civil, por la enorme presión que supone esa plaza, ahora «el atractivo es nulo», explican fuentes del Instituto Armado. De momento se encuentra vacante, con el teniente coronel Arturo Ortega -segundo de Torresano- actuando de jefe accidental de la Comandancia.
Por si fuera poco, a la presión de la inmigración, la que aplica Marruecos y la que ahora hay por parte de Interior, el próximo jefe destinado en Melilla debería decidir si tramita un expediente a los agentes señalados por su actuación aquel 24 de junio de 2022.
Marlaska en entredicho
Aquellos hechos casi se llevan por delante la carrera política de Marlaska, que llegó a ser acorralado en el Congreso incluso por los socios de Gobierno de Pedro Sánchez. Pese a que Bildu, ERC y Podemos señalaban al ministro por mentir al negar que los hechos se hubiesen producido en zona española, Marlaska aguantó en su puesto hasta que las aguas se calmaron y el asunto quedó relativamente olvidado y apartado de la agenda política.
Sin embargo, la polémica se ha vuelto a avivar después de la destitución del coronel Torresano, que esconde una negativa por parte del mando a castigar a los agentes que custodiaban la valla. En la Guardia Civil consideran que esa exigencia, planteada por Interior y por la Dirección General, era una forma de contentar a las fuerzas políticas afines al Gobierno y «entregarles cabezas». Cabe recordar que, salvo Torresano, no ha habido ningún tipo de destitución o dimisión por aquellos hechos.
El coronel Torresano también había solicitado a la Dirección General de la Guardia Civil que redactase un protocolo claro para poder acudir a los tribunales de Justicia y defenderse de las numerosas agresiones sufridas por los agentes de la Benemérita en la valla. Por parte española, 49 guardias civiles tuvieron que ser atendidos por las heridas.
Destitución
El Boletín Oficial de la Guardia Civil recogió el pasado 31 de enero la destitución del coronel jefe de la Guardia Civil de la Comandancia de Melilla, Jesús Vicente Torresano, quien defendió públicamente la urgencia de un protocolo para hacer frente a los numerosos saltos en la valla de Melilla.
Su destitución, una nueva que sumar a las ordenadas por Marlaska en la Guardia Civil, llegaba apenas tres meses después de su nombramiento. De hecho, aunque fue oficialmente destinado en noviembre, el nuevo coronel llegó a Melilla el 21 de diciembre de 2022. Apenas un mes en el cargo.
La destitución se produjo en el marco de esos sucesos en la valla de Melilla en junio de 2022, donde murieron al menos 23 inmigrantes sudaneses tras un intento de entrada ilegal. El anuncio de la pérdida de confianza en Torresano llegó justo la víspera del viaje de Pedro Sánchez a Marruecos para la Reunión de Alto Nivel con el Gobierno de Mohamed VI, que no estuvo siquiera en el país durante la visita oficial.